En un país asediado por una inflación interanual que supera el 104% y una de las crisis de deuda más severas a nivel mundial, la atención se centra en el vertiginoso ascenso del “blue”, una preocupación compartida por economistas, políticos y el público en general. Argentina, reconocida por tener varios tipos de cotización del dólar, presenta un panorama financiero complejo y desafiante.
En primer lugar, está el denominado “dólar oficial”, que, en otros países, sería la única opción existente. Su valor es determinado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y se caracteriza por tener la cotización más baja, aproximadamente la mitad del valor del “blue”. Sin embargo, solo las entidades financieras y de comercio exterior tienen acceso privilegiado a esta cotización.
Para el resto de los ciudadanos, adquirir dólares implica incurrir en costos adicionales, debido a una serie de tasas impuestas por el gobierno. Además, existe un límite, conocido como “cepo”, en la compra del dólar oficial. Aquellos argentinos que deseen obtener dólares de forma legal, solo pueden adquirir hasta US$200 al mes, sometidos a una tasa del 75%. Estos requisitos estrictos del BCRA dejan fuera de la posibilidad de compra a la mayoría de la población, constituyendo lo que se conoce como el “dólar ahorro”.
El uso de tarjetas de crédito para pagar bienes en dólares también implica la aplicación de estas tasas adicionales, denominadas “dólar tarjeta”. Asimismo, si se utiliza la tarjeta en el extranjero y se supera el límite de gasto de US$300, se suma un recargo adicional del 25%, conocido como el “dólar turista”.
Por último, existe una alternativa reservada para los inversionistas más sofisticados y aquellos con mayores recursos: los dólares financieros. Estos se adquieren a través de la compra y venta de bonos, siendo utilizados principalmente por empresas y ahorradores con un conocimiento más profundo del sistema financiero.
En medio de esta compleja realidad cambiaria, el aumento meteórico del “blue” ha encendido las alarmas y generado incertidumbre en todos los sectores de la sociedad argentina. Las fluctuaciones en el mercado de divisas plantean desafíos económicos significativos y representan un factor crucial a tener en cuenta en el actual escenario financiero del país.
Fuente información: El Comercio Pe