La estrategia no solo busca responder a las nuevas exigencias del mercado, sino también alinearse con el objetivo global de sostenibilidad. El crecimiento de la demanda de electricidad es un fenómeno que se mantendrá, con un aumento esperado del 2.3% anual de 2022 a 2050, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esta inversión responde a la necesidad de adoptar prácticas más limpias y eficientes que permitan a las empresas no solo cumplir con las regulaciones ambientales, sino también liderar el cambio hacia un futuro más verde. Con estos esfuerzos, las compañías tecnológicas no solo impulsan su presencia en el mercado, sino que también contribuyen significativamente al progreso energético de América Latina, consolidando su papel como líderes en innovación y sostenibilidad.