En un giro inesperado del destino económico global, Japón y el Reino Unido se ven envueltos en la sombra de la recesión, desencadenando preocupaciones y desafíos a nivel mundial. La economía japonesa, antaño la tercera más grande del mundo, se contrajo de manera inesperada debido a la debilidad del consumo interno, llevando al país a perder su codiciada posición frente a Alemania. Simultáneamente, el Reino Unido, a tan solo meses de unas elecciones generales, ve desmoronarse las promesas del primer ministro británico, Rishi Sunak, de impulsar el crecimiento económico.
Los datos oficiales publicados este jueves revelan que el Producto Interno Bruto (PIB) de Japón se contrajo a un ritmo anualizado del 0,4% en los últimos tres meses de 2023, marcando el segundo trimestre consecutivo de contracción y cumpliendo con la definición técnica de recesión. Estas cifras estuvieron significativamente por debajo de las expectativas del mercado, desconcertando a los economistas que anticipaban un crecimiento del 1,4% intertrimestral anualizado en el mismo periodo.
La debilidad de la economía japonesa se manifestó especialmente en la demanda interna, con todas las categorías, incluido el gasto de consumo, registrando números negativos. El consumo privado, representando la mitad de la economía, experimentó una disminución del 0,9% anualizado en el último trimestre. Este marcado declive es consecuencia directa de la lucha de los consumidores japoneses contra el aumento de los precios de alimentos, combustible y otros bienes durante los últimos tres trimestres consecutivos.
Neil Newman, estratega de Japanmacro con sede en Tokio, destaca la importancia del encarecimiento del costo de vida en Japón, atribuyéndolo en gran medida a la debilidad del yen. Japón, al importar el 94% de sus necesidades energéticas básicas y el 63% de sus alimentos, se ve particularmente afectado por la depreciación de su moneda frente al dólar estadounidense, que ha caído un preocupante 6,6% desde el inicio del año.
Mientras tanto, en el otro lado del globo, el Reino Unido enfrenta su propia crisis económica. Según la Oficina Nacional de Estadística (ONS), el PIB británico disminuyó un 0,3% en los últimos tres meses de 2023, marcando el segundo trimestre consecutivo de contracción y consolidando la entrada del país en recesión. La directora de estadísticas económicas de la ONS, Liz McKeown, señala que todos los sectores principales sufrieron caídas, destacando la industria manufacturera, la construcción y el comercio mayorista como los mayores lastres para el crecimiento. Aunque algunos sectores como hoteles y alquileres de vehículos y maquinaria mostraron aumentos, no fueron suficientes para compensar las pérdidas generales.
Este revés económico en el Reino Unido representa un desafío significativo para las promesas del primer ministro Rishi Sunak, quien ahora se enfrenta a la tarea titánica de revertir la tendencia y restaurar la confianza en la economía británica. Con una contracción del 0,1% en el periodo de julio a septiembre y un magro aumento del 0,1% en todo el año 2023, el país registra su peor resultado desde 2009, excluyendo el impacto del año 2020 afectado por la pandemia.
Estos eventos económicos, tanto en Japón como en el Reino Unido, plantean desafíos significativos no solo para estos dos países, sino también para la estabilidad económica global. Los líderes mundiales y analistas económicos observan con cautela, conscientes de que la resolución de estas crisis se convierte en un factor determinante para la recuperación económica a nivel internacional.
Fuente para la redacción: CNN