Microsoft, el principal inversor en OpenAI, ha integrado el último modelo de lenguaje de la start-up californiana, GPT-4, en su motor de búsqueda Bing. Esta integración ha transformado la búsqueda en línea en un diálogo con un chatbot, lo que ha generado preocupaciones sobre el rápido despliegue de esta tecnología. A pesar de esto, Microsoft ha puesto fin a la lista de espera para probar el chatbot tres meses después de integrar la inteligencia artificial generativa en su motor de búsqueda Bing.
Según Yusuf Mehdi, vicepresidente del gigante americano de la informática, Bing ha superado los 100 millones de usuarios activos diarios y la cantidad de descargas de la aplicación móvil se ha cuadruplicado desde el lanzamiento, lo que ha llevado a un aumento en la participación de mercado de Bing y en el navegador Edge por octavo trimestre consecutivo.
Microsoft parece estar compitiendo con Google, que ha dominado durante años con su motor de búsqueda homónimo, su navegador Chrome y la innovación en inteligencia artificial (IA). Este invierno, ambas compañías se embarcaron en una frenética carrera por la IA generativa, con OpenAI poniendo a disposición del público ChatGPT, una interfaz capaz de producir todo tipo de textos tras una simple solicitud. Sin embargo, el éxito de ChatGPT, Bing, Bard (de Google) y otros programas plantea muchas preguntas, desde la propiedad intelectual hasta los peligros de la desinformación, el fraude o la sustitución de muchos puestos de trabajo por IA.
En Europa y Estados Unidos, las autoridades están reflexionando acerca de las maneras de regular una industria en plena explosión.