Elliptic, pionero en análisis de datos de blockchain, revela una alarmante tendencia en el mundo del crimen organizado: más de 7.000 millones de dólares en fondos ilícitos han sido lavados mediante astutos movimientos a través de servicios de cadena cruzada. La innovación en protocolos de cadena cruzada, como los exchanges descentralizados (DEX), puentes entre cadenas y servicios de intercambio rápido, ha facilitado esta ola de operaciones delictivas, marcando un cambio significativo en las preferencias de los criminales.
Los hallazgos del estudio de Elliptic no dejan lugar a dudas: los hackers y ciberdelincuentes han evolucionado en sus métodos de lavado de dinero, aprovechando los puentes entre cadenas y protocolos de cadena cruzada para intercambiar tokens de una blockchain por otros de distintas redes. Estos protocolos operan con diversos grados de centralidad y hacen uso de contratos inteligentes para facilitar transacciones, con muchos de ellos teniendo base en Rusia.
El crimen en el mundo de las criptomonedas ha tomado un giro interesante: cada vez más fondos ilícitos se generan a través de activos distintos a Bitcoin, especialmente a partir de estafas con criptoactivos y hackeos a los protocolos de Finanzas Descentralizadas (DeFi). Estos fondos ilícitos están migrando hacia los servicios de cadena cruzada, lo que representa un desafío importante para las autoridades. “Ya no es solo Bitcoin, ahora los criminales prefieren los protocolos de cadena cruzada”, enfatiza Elliptic, subrayando cómo se utilizan miles de criptomonedas para perpetrar sus fechorías.
Es inquietante observar el crecimiento exponencial del uso de DEX y puentes entre cadenas por parte de ciberdelincuentes, particularmente los piratas informáticos de Lazarus, con sede en Norcorea, que han incrementado su uso en un alarmante 168% en el último año. Asimismo, los actores detrás de estafas y esquemas ponzi han aumentado su utilización de los protocolos de cadena cruzada en un impresionante 243%, según el seguimiento de Elliptic.