En un sorprendente giro de los acontecimientos, el gigante del coworking, WeWork, ha anunciado su declaración de quiebra en Estados Unidos, marcando un punto crítico en su historia. La empresa que alguna vez fue valorada en 44,000 millones de euros se encuentra ahora en un proceso de reestructuración debido a las abrumadoras pérdidas que sufrió con la expansión del teletrabajo durante la pandemia.
Fundada en 2010, WeWork disfrutó de un rápido ascenso, pero su lucha constante por salir a bolsa y las pérdidas acumuladas la llevaron a esta dolorosa decisión. La empresa, que en su momento se asoció con innovación y creatividad en el mundo laboral, se ha visto afectada por la transformación de la forma en que las personas trabajan.
Sin embargo, es importante destacar que las operaciones de WeWork fuera de Estados Unidos y Canadá permanecerán inalteradas. La empresa ha anunciado que sus “operaciones en todo el mundo continuarán como de costumbre” y ha llegado a un acuerdo con la mayoría de sus accionistas para reducir significativamente su deuda, además de evaluar su cartera de alquiler de oficinas comerciales.
WeWork está tomando medidas drásticas, incluida la solicitud de “rechazar los contratos de arrendamiento de ciertos lugares” que se consideran no operativos. Aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre la cantidad de ubicaciones afectadas, la compañía ha asegurado que todos los miembros involucrados han sido notificados con antelación.
La declaración de quiebra de WeWork es un claro reflejo de los desafíos a los que se enfrentan las empresas en la era del teletrabajo. Aunque su futuro es incierto en Estados Unidos, la empresa mantiene una fuerte presencia global y espera recuperarse de este revés.