Una mirada al 2024: un año lleno de retos para la economía europea, pero también de posibilidades lucrativas. Este artículo trata de cómo las empresas pueden capear los vientos del cambio con una digitalización y automatización inteligente y con el sabio empleo de máquinas usadas, y descubrir de esta forma nuevas oportunidades para el crecimiento y la eficiencia.
Durante el año 2023, la economía europea se encontraba bajo el influjo de dificultades externas como los elevados costes energéticos, la inflación y las consecuencias continuas de las tensiones mundiales. Estos factores provocaron una inseguridad generalizada y una escasa intención de inversión. Los mercados de la madera y del metal, fundamentales para muchos sectores industriales, estuvieron especialmente afectados por la explosión de precios.
En el año 2024, las empresas seguirán enfrentándose con las repercusiones de las tensiones políticas mundiales, que se reflejarán en inseguridades económicas y afectarán la disponibilidad y los costes de la materia prima y la estabilidad del mercado. Las empresas se verán obligadas a adaptar sus estrategias, en cuyo proceso serán claves para el éxito la innovación en digitalización y sostenibilidad. Este año la industria también se enfrentará a retos pero, por contrapartida, habrá oportunidades fascinantes.
Las tensiones mundiales causan escasez de materias primas y fluctuaciones en el mercado
La escasez de materias primas incide principalmente en los materiales importantes como la madera y el metal. La disponibilidad limitada de estas materias primas es una consecuencia directa de la fuerte demanda de países como China y los Estados Unidos. Los precios en aumento del material disparan los costes de producción. Además, se pueden interrumpir o retrasar las cadenas de suministros, lo que conlleva cuellos de botella en la producción y en la entrega de encargos.
La volatilidad de los mercados acentúa aún más estos problemas. Las fluctuaciones en la demanda y la configuración de precios dificultan en gran medida la planificación y los pronósticos de las empresas. Desarrollar y mantener estrategias a largo plazo resulta complicado en esta coyuntura.
Los retos como lanzadera para nuevas oportunidades
Los precios de la energía siguen siendo una preocupación importante para las empresas de cualquier envergadura. Los precios más elevados de la energía pueden aumentar los costes operativos, lo que obliga a las empresas a elevar sus precios, buscar formas de aumentar su eficiencia o fuentes energéticas alternativas.
Paralelamente, el tema de la sostenibilidad medioambiental gana en importancia. Las empresas tienen la tarea de adaptar sus procesos productivos a una normativa medioambiental más estricta. Esto puede dar lugar a inversiones en tecnología más limpia, el empleo de materiales más respetuosos con el medioambiente o la implementación de procesos más eficientes. Aunque estos ajustes pueden ser ventajosos a largo plazo, representan dificultades para el futuro inmediato, sobre todo en cuanto a los costes y cambios organizativos que implican.
Otra dificultad significativa es la escasez de mano de obra. Sobre todo, en los ámbitos especializados pueden faltar especialistas cualificados. Además de la inversión en la formación inicial y continua de los trabajadores y de la mejora de las condiciones de trabajo, la automatización también puede reducir la falta de recursos humanos.
El año 2024 también lleva nuevas oportunidades a las empresas en el ámbito de la digitalización, la automatización y la tecnología impulsada por IA. Esta transformación permite una optimización de los procesos empresariales y un aumento de la eficiencia, desde las tareas más habituales hasta el análisis de datos más evolucionado. Estas tecnologías ayudan a superar la escasez de mano de obra, a incrementar la productividad y a reducir los costes.