En un giro financiero que ha sacudido los cimientos del panorama económico dominicano, el Banco Múltiple Activo Dominicana ha dado un paso audaz al anunciar su retirada del escenario bancario. Años de luchas constantes y balances en rojo han llevado a esta jugada estratégica, que marca el fin de una era para la entidad financiera.
Desde hace tiempo, el Banco Activo ha estado luchando por mantener a flote su índice de solvencia, una tarea que se ha vuelto cada vez más esquiva. Con un historial de pérdidas crecientes, su capacidad para impulsar el crecimiento de su patrimonio se ha visto paralizada, y sus aspiraciones se han visto asediadas por las deudas que se han acumulado implacablemente.
En este dramático giro de los acontecimientos, el banco ha optado por el retiro voluntario del sistema financiero dominicano. Siguiendo las disposiciones establecidas en la Ley Monetaria y Financiera 183-02, así como en el Reglamento de Liquidación Voluntaria de Entidades de Intermediación Financiera aprobado por la Junta Monetaria, la entidad se embarca en un proceso de liquidación sin precedentes.
Este ambicioso proceso de liquidación voluntaria abarcará un período de 180 días, un tiempo durante el cual se harán los ajustes necesarios para cumplir con todas las obligaciones pendientes. Los depositantes encontrarán consuelo en la certeza de que sus ahorros serán resarcidos integralmente. Los titulares de préstamos pendientes, por su parte, también serán atendidos, ya sea a través de pagos directos o mediante la transferencia de sus créditos a otras instituciones financieras.
Este sorprendente movimiento no solo reafirma la responsabilidad del Banco Activo hacia sus clientes, sino que también marca un hito en la historia financiera del país. A medida que el banco cierra este capítulo, los observadores se preguntan cuál será el siguiente paso para la entidad y cómo repercutirá esta decisión en el panorama bancario dominicano.
En última instancia, la salida del Banco Activo es un recordatorio poderoso de la dinámica siempre cambiante del mundo financiero y de la importancia de la adaptabilidad en la búsqueda de la solidez económica. Con sus activos en movimiento y su legado en la balanza, el futuro del sector bancario dominicano está destinado a transformarse.
Fuente información: DiarioLibre