El planeta tierra, hogar de más de 8.000 millones de almas, enfrenta una encrucijada crucial. Aunque la promesa de un futuro mejor y más sostenible fue sellada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en 2015, solo un magro 15% de estos objetivos avanza por el camino correcto. Entre ellos, destaca un pendiente crucial: asegurar que ninguna persona padezca hambre en este mundo de abundancia.
“En nuestro mundo de abundancia, el hambre es una mancha espantosa para la humanidad y una violación épica de los derechos humanos”, proclama Antonio Guterres, el incansable líder de la ONU. En un llamado enérgico y conmovedor, insiste en que “ha llegado la hora” de actuar, de transformar estas promesas en acciones concretas que impulsen un futuro que beneficie a todos.
En un contexto de tensiones geopolíticas sin precedentes, la cumbre sobre el desarrollo, que marca el inicio de la semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, emerge como un faro de esperanza en medio de la tormenta. Sin embargo, la atención también se dirige hacia el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un momento en que el mundo enfrenta desafíos nunca vistos en décadas.
La visión y la ejecución de los ODS se vuelven cruciales, especialmente para aquellos que sufren las consecuencias de la guerra en Ucrania. “Estos objetivos encarnan las esperanzas, sueños, aspiraciones y expectativas de las personas de todo el mundo”, subraya Guterres. Es una llamada a la acción, un grito por un futuro más inclusivo y sostenible que resuene en cada rincón del planeta.
El mundo debe unirse en este llamado, superando las diferencias y desafiando las adversidades, para cumplir con la promesa de un futuro mejor. La hora de la acción ha llegado, y está en manos de la humanidad decidir su destino. Es tiempo de romper con la inercia y avanzar juntos hacia un mundo donde el hambre sea solo un recuerdo y la prosperidad sea una realidad para todos. ¡Es nuestra responsabilidad, es ahora o nunca!