El presidente argentino, Javier Milei, se encuentra en el epicentro de una tormenta sindical, enfrentándose a la primera huelga general en apenas 45 días de gobierno. El rechazo masivo se desata ante su audaz ajuste fiscal y un ambicioso plan de reformas que toca más de un millón de leyes y regulaciones que han regido por décadas.
El sindicato más grande del país lidera la protesta, manifestando su descontento, especialmente por los cambios laborales impulsados por Milei, que restringen el derecho de huelga y afectan la financiación de los gremios.
En un giro sorprendente, las icónicas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, junto con diversos gremios y organismos de derechos humanos a nivel nacional, también se suman al paro, solidarizándose con la causa.
La huelga general es convocada por la mayor central sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), de orientación peronista, y recibió el apoyo de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), segunda en tamaño.