En la cúspide de su poder y determinación, el Grupo de los 77 (G77) junto con China ha alzado la voz en una poderosa declaración en su reciente cumbre internacional. Con más de un centenar de estados representados en este histórico encuentro, han exigido nada menos que una reforma total de la arquitectura financiera global, repudiando firmemente el injusto orden económico actual y condenando enérgicamente las sanciones unilaterales.
Bajo el resplandor de esta unión formidable, las 134 naciones que integran este bloque han abogado de manera unánime por un enfoque más inclusivo y coordinado, haciendo hincapié en la necesidad urgente de una reforma exhaustiva del sistema financiero mundial. Han subrayado la importancia de la cooperación entre naciones para enfrentar los desafíos actuales, en especial, el desequilibrado sistema económico global que aqueja a las naciones del Sur.
El impactante documento de 47 puntos y 9 páginas, que encapsula su visión y compromisos, arranca con un llamado poderoso a la unidad y solidaridad entre las 134 naciones, reafirmando su determinación de fortalecer su rol en el escenario internacional actual. Se trata de un llamado a la acción conjunto, con el objetivo claro de transformar el mundo hacia un sistema más justo e inclusivo.
En total consonancia con la mayoría de discursos pronunciados en el Palacio de Convenciones de La Habana durante los dos días de intenso debate, esta declaración manifiesta una profunda inquietud por el actual orden económico internacional que afecta de manera desproporcionada a los países en desarrollo. Los líderes de estas naciones han dejado claro que están dispuestos a desafiar y cambiar esta situación en pos de un mundo más equitativo y solidario.